Instalan servicios de agua y luz en campamentos de refugiados por terremoto en Marrakech
En cada solar, plaza o espacio abierto de esta población se han montado tiendas de campaña repartidas por las autoridades.
Algunos de las decenas de campamentos de desplazados por el terremoto que golpeó las montañas del Atlas al sur de Marrakech el pasado día 8 y que han sido levantados de manera improvisada empiezan muy poco a poco a ser dotados de servicios de agua, luz y sanitarios.
Ingenieros a las órdenes de la empresa de fosfatos de Marruecos (OCP), uno de los líderes mundiales en exportación de este mineral, comenzaron este jueves la instalación de servicios de agua y electricidad en al menos uno de los muchos campamentos montados en la localidad de Amizmiz, la ciudad más importante de la zona y donde, según las autoridades, el 80 % de la población ha sido alojada en tiendas de campaña.
En cada solar, plaza o espacio abierto de esta población se han montado tiendas de campaña repartidas por las autoridades y que dan cobijo a miles de damnificados que temen o no pueden regresar a sus casas.
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Según la primera estimación oficial, incluida en el plan de rehabilitación aprobado este jueves por Marruecos, hay unas 50.000 viviendas que han quedado inutilizadas por culpa del temblor de magnitud 7 que sorprendió a los habitantes del sur del país el pasado viernes.
El ingeniero Mustafa al Queid explicó a Efe que llevan trabajando desde el lunes para instalar dos baños para mujeres y tres para hombres, además de siete grifos con agua potable en distintas zonas de este campamento, donde hay un centenar de tiendas.
En uno de los dos grifos que acaban de instalar, algunas mujeres se acercan a llenar garrafas de agua. A unos metros descansan en el suelo las carcasas de los futuros baños.
Las instalación de duchas, explica, todavía no ha empezado porque están esperando la llegada de los materiales.
Asimismo, comenta que también se planea la construcción de una mezquita.
Además han empezado a instalar las primeras de las diez farolas que se extienden por la calle principal de este campamento, dice el ingeniero, que no sabe cuántos días se prolongarán los trabajos.
Sin embargo, en otros muchos campos de damnificados por el terremoto, que dejó casi 3.000 muertos y más de 5.500 heridos, todavía no hay señales de que los trabajos vayan a comenzar. Menos aún en las pequeñas aldeas olvidadas del Alto Atlas, donde el seísmo de pasado viernes golpeó con más fuerza.