El 17 de enero de 2014, <b>Javier Alvernia Rodríguez fue víctima de un secuestro en Curumaní, Cesar</b>, y desde entonces su familia no ha tenido noticias de su paradero.La madre de Javier, <b>Cecilia González de Alvernia</b>, habló hoy en La W con el objetivo de dar visibilidad a su caso y nos dijo que siempre que ocurre un secuestro o un rescate siente alivio por un lado, pero como madre, la tristeza es abrumadora.“Me pregunto si realmente buscaron a Javier y me cuestiono si existen secuestros de primera y de segunda categoría. <b>Las declaraciones de Antonio García me causan indignación</b>. Cuando dijo que secuestrar al padre de Luis Díaz fue un error hizo pensar que los secuestros de personas desconocidas son fáciles porque no son importantes”.<b>Cecilia destacó que en algún momento tuvo contacto con Antonio García</b>, quien le aseguró que el ELN no estaba involucrado en el secuestro de su hijo.“Ahora comprendo que quienes negocian en La Habana no están al tanto de las acciones de otros grupos armados en pueblos o veredas, que secuestran a personas para luego venderlas al ELN. Es un negocio. <b>La Paz Total debe ser genuina, con un compromiso firme de que no habrá más secuestros</b>”, aseguró.Convencida de la trágica pérdida de su hijo, <b>Cecilia experimenta sentimientos encontrados</b>.Recordó que, en el momento del secuestro, <b>las autoridades les pidieron guardar silencio y abstenerse de acudir a los medios de comunicación</b>. Ella siguió ese consejo, sin saber cómo manejar la situación. Ahora, <b>solicita ser reconocida como víctima</b> y sólo quiere que le devuelvan los restos de su hijo para poder brindarle una sepultura digna. “Yo no me quiero morir sin saber qué pasó con mi hijo”.En medio de la incertidumbre, <b>la historia de Javier Alvernia Rodríguez es un recordatorio de la triste realidad que enfrentan tantas familias en nuestro país.</b>Las palabras Cecilia González de Alvernia resuenan con el dolor de una pérdida que ha dejado un vacío imposible de llenar. Su valiente testimonio no sólo arroja una luz sobre la desesperación que vive a diario, sino que también revela las grietas en el tejido social que permiten que tragedias como esta sigan ocurriendo a diario.