Galán defiende construcción del metro de Bogotá pese a potenciales recortes nacionales
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, advierte que los posibles recortes del Gobierno Nacional al financiamiento del metro y otros proyectos clave afectarían directamente la calidad de vida de millones de habitantes.
Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá en el foro Visión 2025, de Prisa Media
Bogotá
La discusión sobre el financiamiento del Metro de Bogotá adquiere un nuevo matiz, luego de que el alcalde capitalino, Carlos Fernando Galán, expresara preocupación por las señales de posibles recortes a los recursos provenientes del Gobierno Nacional. Esta situación, según ha señalado, no se limita al impacto en el principal proyecto de movilidad que es el metro, sino que alcanzaría beneficios clave como los subsidios de vivienda, incidiendo directamente en las condiciones de vida de millones de residentes.
En una reciente declaración pública, el mandatario distrital advirtió que restringir las transferencias acordadas significaría llevar la tensión financiera más allá de la administración local. “Amenazar a Bogotá con no entregarle la plata no es una amenaza al Gobierno de Bogotá, es una amenaza a la ciudadanía de Bogotá, a los más de ocho millones de habitantes que necesitan esos recursos”, afirmó.
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Pese a la incertidumbre, la construcción del metro mantiene su curso. De acuerdo con Galán, los avances se sostienen en un promedio cercano al 2% mensual, lo que mantiene el cronograma sin pausas considerables. “Nada va a parar el metro, nada”, sostuvo el alcalde, aludiendo a la relevancia de mantener la ejecución de esta obra emblemática.
El debate por los recursos abarca además otras intervenciones en la infraestructura capitalina. Entre las iniciativas mencionadas se encuentran proyectos de valorización y la contratación de corredores viales estratégicos, tales como la avenida Subacota, la Autopista Norte y el puente Tibanica, cuyo propósito es mejorar la conectividad entre zonas urbanas y suburbanas. Estos planes apuntan a reducir la brecha en materia de movilidad, pero su puesta en marcha depende, en buena medida, del respaldo económico que la ciudad reciba.
