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Los perritos del fiscal Francisco Barbosa tienen escoltas y carro oficial

La columna de Yohir Akerman en Cambio muestra increíble abuso con recursos públicos.

La más reciente columna de Yohir Akerman en la revista Cambio revela que los perritos mascotas del fiscal general Francisco Barbosa se desplazan en carro oficial y son llevados a pasear y a hacer sus necesidades por funcionarios de la Fiscalía General de la Nación.

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Como lo oyen. Mientras personas amenazadas y líderes sociales imploran protección, los perritos del fiscal, un bulldog llamado Bell y una french poodle llamada Laica, se desplazan en una bonita camioneta Nissan Navarra de doble cabina.

La camioneta es un vehículo oficial, comprado y tanqueado con plata de los contribuyentes. Su matrícula es GAQ-057 pero en los registros públicos esa placa no aparece. Es una información reservada porque el carro está destinado a adelantar operaciones secretas para la Fiscalía General de la Nación.

Un equipo de la revista Cambio grabó la camioneta, por cierto estacionada arbitrariamente en un lugar prohibido en el parque de la 93 en Bogotá.

De ella se apean dos funcionarios de la Fiscalía, miembros de la dirección de protección y asistencia. Su labor teóricamente es escoltar dignatarios o cuidar testigos para que no los maten como mataron, por ejemplo, a Carlos Areiza o a Francisco Villalba.

Sin embargo, el trabajo de estos agentes de protección y seguridad nada tiene que ver con amparar vidas, su tarea consiste en sacar a pasear y a hacer sus necesidades a los perritos del señor fiscal general de la Nación.

El video muestra que cada perrito tiene su escolta paseador. Los guardaespaldas los llevan al elegante parque a estirar las paticas, a que hagan número uno, a que hagan número dos, y recogen con mansedumbre los excrementos. Porque, en fin, la justicia será ciega pero no pierde el olfato.

Al señor fiscal no le parece indelicado ni cuestionable destinar recursos públicos al cuidado de sus perritos.

Los funcionarios resignados a la misión de pasear los perros del jefe del ente acusador están identificados y Akerman relata en su columna que se han hecho merecedores de ascensos.

Mientras unos fiscales son castigados con traslados a Tumaco o a Mocoa por atreverse a investigar a poderosos como el hijo de Luis Alfredo Ramos o miembros de la familia Ríos Velilla, los que recogen las gracias de los perritos del fiscal son premiados, por supuesto con cargo al erario.

En semana santa cuando el señor fiscal general de la nación Francisco Barbosa y su señora, doña Walfa Téllez, partieron a París a disfrutar de un merecido descanso, los perritos se quedaron retozando en el bunker al exquisito cuidado de funcionarios públicos ¿O si no para que sirve ser los segundos perros más importantes de la Nación?

La columna de Cambio indica también que el señor fiscal tiene 44 escoltas que trabajan en dos turnos y que lo llevan raudo en una caravana de siete lujosas camionetas blindadas iguales ya sea a la Universidad Sergio Arboleda, en donde puntualmente NO dicta clase, o al aeropuerto El Dorado a abordar el avión Bombardier Lear jet, de 12 millones de dólares, que ha usado para viajar con su esposa, su hija y una amiguita a San Andrés, disfrazando el paseo de viaje oficial.

A esta hora saludamos al abogado y periodista Yohir Akerman, columnista de Cambio.

Hace unas pocas semanas el señor fiscal Francisco Barbosa presentó un proyecto de ley pidiendo 6.000 empleados adicionales para la entidad. La avidez burocrática del fiscal les costará a los colombianos un billón de pesos más cada año. Mientras tanto, más de un centenar de esos funcionarios están dedicados a la noble misión de servirle de séquito a su jefe.

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