“Armaron una infame campaña para desvincularme”: exSIC, María del Socorro Pimienta
La recién destituida superintendente de Industria y Comercio afirmó que funcionarios del Gobierno tenían intereses de sacarla. Aseguró que lo que han dicho de ella son calumnias y que dejaron su reputación por el suelo.
María del Socorro Pimienta, recién destituida como Superintendente de Industria y Comercio, se pronunció luego de que, con sorpresa, recibió la noticia de su salida, denunciando persecución y presiones para que el Gobierno la sacara.
De hecho, señaló que trabajó en la SIC hace más de 30 años “con pulcritud e idoneidad”, y por ello se ganó el concurso para ser superintendente.
En contexto:
“En los últimos meses y en las últimas horas se han dicho una enorme cantidad de mentiras y calumnias sobre mí. He percibido un acoso constante desde distintas fuentes, lo cual denuncia una puja por este puesto, con cargo a todo tipo de intereses. No tengo duda de que algunos funcionarios del Gobierno tenían interés de sacarme a las buenas o a las malas”, denunció en un comunicado.
Asimismo, señaló que su salida se debe a una “infame campaña que desataron quienes buscaban desvincularme de la SIC, para ambientar mi salida con calumnias y acusaciones temerarias y crearme perfil de corrupta, cuando he sido una funcionaria intachable”.
Aunque no dio nombres de los funcionarios, Pimienta apuntó que le han dicho con insistencia que el plan es nombrar en la Superintendencia “a una abogada muy cercana al presidente. También que han actuado abogados y exfuncionarios de la entidad, para mover intereses particulares”.
Incluso aseguró que en 30 años en la SIC jamás ha tenido una investigación de Procuraduría, Contraloría y mucho menos de Fiscalía, “mi gestión fue transparente”.
Sobre su filiación política, afirmó que nunca ha participado en política y no representa a partidos ni organizaciones de ningún tipo.
“Es difícil entender que este Gobierno, que se proclama defensor de la vida, atropelle los derechos de una mujer, madre y profesional con más de 30 años de carrera en la función pública, y sacrificar, al hacerlo, los intereses vitales de mi hijo, dejando además por el suelo mi honra y mi reputación que son mi mayor patrimonio”, remató.
Y ante las preguntas sobre por qué no renunció, afirmó que tiene un hijo con discapacidad, que goza de dos prestaciones extralegales, vitalicias, que habría perdido al renunciar.
Por eso dijo que, al declararla insubsistente, el presidente y el Gobierno le hicieron un enorme daño a su hijo con discapacidad y a mi familia pues lo pusieron en estado de vulnerabilidad.
“Me fueron ofrecidos cargos diplomáticos, posibilidad que tampoco podía considerar, porque renunciar para vincularme a la Cancillería también implicaba renunciar a las prestaciones mencionadas”, señala su carta.