Viuda del magistrado Carlos Urán responde a la Fiscalía
Una fiscal delegada ante la Corte niega que el magistrado auxiliar haya salido vivo del Palacio de Justicia.
Viuda del magistrado Carlos Urán responde a la Fiscalía
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Ana María Bidegain. Foto: cortesía Gerardo Reyes / Univisión Investiga.
Esta es la historia de una familia que lleva 38 años, 8 meses y 25 días buscando justicia.
Casi 40 años han pasado desde el día en que Carlos Horacio Urán, magistrado auxiliar del Consejo de Estado, llamó a la Universidad de los Andes a su esposa la profesora Ana María Bidegain para avisarle que un grupo –aún no identificado– se estaba tomando a sangre y fuego su lugar de trabajo: el Palacio de Justicia en la Plaza de Bolívar en Bogotá.
A pesar de las terribles circunstancias la profesora le dijo a sus cuatro hijas que quizás su esposo estaba con vida y saldría del edificio tomado en acto terrorista por la entonces guerrilla del M-19 y luego retomado con abuso de fuerza por los militares.
La tenue esperanza se convirtió en inmensa alegría cuando la periodista Julia Navarrete le dijo a Ana María que había visto vivo al magistrado Urán saliendo del Palacio. Una fugaz imagen registrada por el noticiero de televisión 24 horas registra el momento en el que el hombre salía herido de la edificación saltando en una pierna.
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Ana María consiguió con mucha dificultad el fragmento de video y fue al despacho del general Nelson Mejía, por aquellos días procurador delegado para las fuerzas militares. No hubo respuesta, en cambio, el video se perdió en manos del militar.
El viernes 8 de noviembre una amiga de la familia encontró el cuerpo de Carlos Horacio Urán en las instalaciones de Medicina Legal en Bogotá. El cadáver no estaba con otros civiles asesinados sino con los de los guerrilleros muertos por el Ejército en la contratoma.
No encontraron sus documentos de identificación. El cuerpo estaba ahumado y con varias heridas: una en una pierna, otra en el pecho y la que lo mató: En la cabeza hecha a quemarropa. Desde la primera autopsia está determinada la causa de su deceso por el tatuaje de pólvora en el cráneo: “murió por proyectil de 9 milímetros disparado contra su cabeza a contacto”.
Es decir, al magistrado no lo mató el fuego cruzado de armas largas sino un certero tiro de pistola disparado a pocos centímetros de su cabeza. Los soldados y guerrilleros llevaban fusiles y ametralladoras. Las pistolas no eran las armas usadas en esa operación.
Después de la pesadilla de la muerte del padre fue seguida un tiempo después con amenazas a la viuda para que no averiguara más por las circunstancias.
Ella y sus cuatro hijas salieron de Colombia, fueron a Estados Unidos y después en varios países de Europa. Rearmaron sus vidas hablando idiomas distintos del español, y tratando de olvidar la terrible pérdida del papá.
Pasaron 22 años antes de que alguien se preocupara en serio por investigar lo que pasó en el Palacio de Justicia. Esa persona fue la fiscal delegada ante la Corte Suprema, Ángela María Buitrago hoy ministra de Justicia.
La doctora Buitrago ordenó en 2007 el allanamiento a las bóvedas del servicio de inteligencia militar el B-2 en Bogotá.
Allí encontraron un documento titulado: “Guerrilleros dados de baja en combate en el Palacio de Justicia”. Para sorpresa de los investigadores judiciales en la lista están los nombres del magistrado titular de la Corte Suprema, Manuel Gaona Cruz, y del magistrado auxiliar del Consejo de Estado Carlos Horacio Urán.
También en las bóvedas del B-2 encontraron 22 años después la billetera del magistrado Urán. Allí tenía su credencial del Consejo de Estado, su cédula, su licencia de conducir, un recibo de un apartado aéreo y la foto de su esposa Ana María Bidegain. Los documentos estaban perforados por una bala.
Unos meses después a través de una fuente de información, cuya identidad no revelaré nunca, recibí la copia del video perdido dos décadas antes.
En ese momento trabajaba como director de Noticias Uno. Con el grupo de periodistas del noticiero, y buscando en archivos de los medios de la época, reconstruimos los hechos. Encontramos otros dos videos que mostraban la misma escena de Urán saltando en una pierna mientras salía del Palacio.
Una copia del mismo video fue hallada por la Fiscalía en la casa del coronel Luis Alfonso Plazas Vega, comandante de la Escuela de Caballería la unidad militar que llegó al Palacio de Justicia con los tanques.
Busqué a la profesora Ana María Bidegain, quien trabajaba en una universidad en Estados Unidos y reconoció a su esposo en los videos, también lo reconocieron el magistrado Nicolás Pájaro Peñaranda, quien estuvo durante horas en un baño del Palacio de Justicia con decenas de rehenes incluyendo a Carlos Horacio Urán y salió del edificio unos segundos después de él como lo registran los mismos videos. También lo identificó el periodista Germán Castro Caycedo, quien fue su amigo y llevaba 22 años investigando las circunstancias de su muerte.
Con las investigaciones de la fiscal Ángela Buitrago y también con los hallazgos de esa investigación periodística, siete años después en el año 2014 estableció:
“Se puede concluir que Carlos Horacio Urán Rojas fue herido en la pierna izquierda dentro del Palacio de Justicia, pero salió con vida del mismo en custodia de agentes estatales y no se documentó su salida con vida en las listas de sobrevivientes elaboradas por el Estado. Posteriormente, cuando se encontraba en un estado de indefensión causado por las demás lesiones, fue ejecutado. Su cuerpo fue despojado de la ropa, lavado y llevado al Instituto de Medicina Legal (…) este Tribunal estableció que Carlos Horacio Urán Rojas fue ejecutado mientras se encontraba en custodia de agentes estatales, lo cual constituyó una ejecución extrajudicial”.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos le ordena en el mismo fallo al Estado Colombiano investigar e individualizar a los responsables del crimen.
En unas semanas, una comisión de la Corte Interamericana vendrá a Colombia a averiguar los avances de esa investigación. Lamentablemente se encontrarán con un retroceso.
La semana pasada, la fiscal delegada ante la Corte, Marlene Orjuela, llegó a una conclusión que contradice años de investigaciones. Ella dice que el magistrado auxiliar fue muerte en el baño de los rehenes: “El doctor Carlos Horacio Urán Rojas fue uno de los rehenes que permanecieron, desde el 6 de noviembre y hasta terminar el asalto en el baño del piso 3. La documentación obrante en esta actuación muestra que perdió su vida el 7 de noviembre de 1985 las 15:00 horas, acorde con el protocolo de necropsia. Su cuerpo fue levantado dentro del Palacio de Justicia a las 16:00 horas del 7 de noviembre de 1985″.
La fiscal no tiene en cuenta que el cuerpo del magistrado no fue encontrado en el baño en el que estuvo el grupo de rehenes de los terroristas del M-19 sino dos pisos abajo, en la plaza interior del Palacio de Justicia.
La doctora Orjuela, que llegó al caso hace apenas unos meses, concluye que los videos que fundamentan la investigación no son suficientemente claros: “Con la calidad de los videos no era posible realizar el cotejo solicitado. Los videos no son aptos para ello”.
La decisión consagra la impunidad sobre la muerte del magistrado Carlos Horacio Urán.
El Reporte Coronell habló con la profesora Ana María Bidegain, viuda del magistrado Carlos Horacio Urán:
Viuda del magistrado Carlos Urán responde a la Fiscalía
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No tengo una sola palabra para agregar que pueda concluir de manera más clara o elocuente este reporte, este doloroso reporte del camino a la impunidad en un caso que debería estremecer a Colombia.