El FICCI: una historia de cine, cultura y transformación en Cartagena de Indias

El FICCI tuvo su primera edición gracias a un grupo de cartageneros apasionados por el cine. Con el propósito de atraer visitantes a la ciudad y posicionarla como un epicentro cultural, estos pioneros crearon en 1960 el primer festival de cine de América Latina.

Desde entonces, Cartagena no solo se convirtió en un destino turístico, sino también en un referente para el séptimo arte.

“Este festival inició como una excusa para que más personas conocieran Cartagena. Hoy, es un patrimonio de la Nación que celebra la diversidad y la innovación en el cine,” explicó Díaz.

Uno de los aspectos más fascinantes del FICCI es su selección oficial, que reúne películas de todo el mundo. Margarita Díaz explicó cómo durante todo el año previo al festival, el equipo curador trabaja en red con otros festivales y cineastas para seleccionar alrededor de 1500 a 2000 películas.

La tarea es titánica. “Decimos que comemos películas porque dedicamos meses a verlas y elegir aquellas que mejor representen nuestra apuesta como festival,” comentó.

El eje central de esta curaduría es la transgresión. El FICCI busca filmes que desafíen narrativas convencionales, que hagan preguntas incómodas y que se atrevan a mostrar nuevas maneras de hacer cine. Además, el festival pone especial atención en promover el talento joven y la diversidad, creando un espacio para las voces emergentes que enriquecen el panorama cinematográfico.

Más allá de la proyección de películas, el FICCI es un espacio de encuentro. “Queremos que las películas que se exhiben aquí no solo se conozcan, sino que impulsen nuevos proyectos y oportunidades en otros espacios,” explicó Díaz. Este enfoque ha convertido al festival en una plataforma clave para el desarrollo del cine colombiano y latinoamericano.

La 64ª edición del FICCI se llevará a cabo del 1 al 6 de abril de 2025, reafirmando su papel como catalizador cultural. Margarita Díaz invitó a cineastas y productores a participar en la convocatoria, que abarca diez categorías, y destacó que el festival sigue siendo un escenario abierto a la innovación y el diálogo creativo.

El FICCI no es solo un festival de cine; es un testimonio del poder de la cultura como transformador social, un punto de encuentro para creadores y audiencias, y un recordatorio de que el arte puede derribar fronteras. Este abril, Cartagena volverá a ser el corazón del cine en Colombia, celebrando su legado mientras sigue mirando al futuro.