¿Dormir con el celular al lado puede causar insomnio?

En julio de 2023 la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), la autoridad gubernamental que vigila el estado de la conectividad y los contenidos transmitidos en páginas web y medios tecnológicos, publicó un boletín llamado Data Flash con información sobre líneas telefónicas.

De acuerdo con el documento, que llama a las líneas por su nombre técnico, abonados de servicio de telefonía móvil, en 2022 el número de líneas superaba los ochenta millones, lo que significó un aumento de 7,7% frente a los abonados registrados en 2021.

La información muestra la masificación del uso de los teléfonos móviles, que se han convertido en aparatos que hacen parte de la cotidianidad de las personas y, por lo tanto, las acompañan constantemente todos los días, tanto para informarse como para entretenerse o trabajar.

Tiempo antes del informe de la CRC, la Asociación Colombiana de Informática, Sistemas y Tecnologías Afines, antes llamada Asociación Colombiana de Ingenieros en Sistemas (ACIS), indicó en octubre de 2022 que en Colombia existían unos 65,75 millones de teléfonos inteligentes.

El número significa que cada persona en el país, que contaba entonces con una población de unas 51,39 millones de personas, poseía 1,2 celulares, lo que corrobora la amplia tenencia y utilización de los objetos, que cada cierto tiempo se modernizan en sus componentes y en sus softwares.

La presencia de teléfonos móviles en la cotidianidad hace que los hábitos propios de las rutinas diarias se mezclen con el empleo casi permanente de los teléfonos. Es decir, es probable que los aparatos sean parte de momentos como los almuerzos y las cenas, los momentos de estudio y la hora de dormir.

¿Dormir junto al celular es nocivo para la salud?

Desde inicios de los años 2000 son varios los estudios que han intentado corroborar las consecuencias de los aparatos tecnológicos en el bienestar de las personas, principalmente por los efectos que generan en la melatonina, una hormona que ayuda a regular el ciclo del sueño.

En 2013, la Revista Iberoamericana de las Ciencias de la Salud publicó un artículo de la Universidad Autónoma de Baja California llamado Posibles efectos provenientes del uso excesivo de la comunicación inalámbrica que habla, entre otros temas, de las afectaciones a la hormona.

“La glándula pineal responde a la exposición a determinados campos electromagnéticos con una reducción de la síntesis de melatonina. El descenso de la melatonina puede alterar los ritmos circadianos y favorecer la aparición de depresiones y procesos tumorales”, indica el texto.

Siete años después, en 2020, la revista EsTuSalud, adscrita a la Universidad de Ciencias Médicas de Las Tunas, publicó un estudio que entre sus conclusiones menciona que “observar la luz emitida por la pantalla antes de dormir siempre afecta en algún grado la transición de la vigilia al sueño”.

Además, la exposición a las pantallas podría perjudicar la propia calidad del sueño, todo “sin importar lo que proyecte la pantalla”. Es decir, la literatura se ha inclinado a deducir que los daños en la salud podrían llegar al exponerse a las pantallas antes de dormir o durante una especie de adicción.

• No obstante, frente a los efectos del acto concreto de dormir junto al teléfono aún queda algo de ciencia por explorar. Por lo pronto, las recomendaciones de fabricantes y especialistas es mantener el celular en ambientes ventilados para evitar una calidez excesiva que pueda sobrecalentarlo.
• Sin embargo, actualmente los materiales utilizados para los objetos tienden a reducir el riesgo de aumento extremo de temperatura, por lo que las posibles preocupaciones se trasladan a los efectos de la llamada luz azul y a los posibles daños de la radiación, que podrían repercutir en el sueño.