Las autoridades surcoreanas le piden colaboración a la seguridad presidencial para capturar a Yoon
El mandatario surcoreano se ha resistido a la detención, mientras el país continúa en una crisis política e institucional desde la fallida declaración de una ley marcial.
La oficina anticorrupción que investiga al presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, por su declaración de la ley marcial en diciembre solicitó la cooperación del Ministerio de Defensa y del servicio de seguridad presidencial para capturar al mandatario, tras el intento fallido de detenerlo.
La Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO) envió este lunes, 13 de enero, sendas cartas al ministerio y al servicio a cargo de la seguridad del presidente (PSS), en las que solicita colaborar a ambos organismos para un nuevo intento de arresto de Yoon, además de advertir de consecuencias legales en caso de que no cooperen.
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En su misiva al ministerio de Defensa, la CIO señala que cualquier soldado que obstruya la ejecución de las órdenes para detener a Yoon y de acceder a la oficina presidencial podría exponerse a sanciones penales o económicas en caso de que se produzcan daños materiales o humanos durante la operación, según recoge la agencia local Yonhap.
La carta dirigida al PSS advierte de consecuencias similares al personal que obstruya la aplicación de las órdenes, además de la posibilidad de ser despojados del estatus como funcionarios públicos y ser sancionados para no volver a ocupar cargos de ese tipo.
El primer intento para ejecutar la orden de arresto contra Yoon fracasó el 3 de enero después de que el Servicio de Seguridad Presidencial impidiera a funcionarios de la oficina anticorrupción y a decenas de agentes de policía el acceso a la residencia del mandatario, en un tenso encaramiento que duró varias horas antes de cancelarse el operativo.
Las autoridades surcoreanas preparan un nuevo operativo para tratar de capturar al presidente en el que podrían participar hasta mil efectivos, después de que un tribunal de Seúl extendiera la orden de detención el 7 de enero.
Tras el primer intento de detención fallido, el PSS ha reforzado el recinto de la residencia presidencial con alambre de espino, barricadas o alineando autobuses para dificultar el paso, por lo que se especula a su vez con el tipo de activos, desde helicópteros a vehículos acorazados, que la policía podría llegar a desplegar en una segunda operación.
Yoon, asimismo, no tiene previsto asistir a la primera audiencia formal del juicio, que se celebrará este martes ante el Tribunal Constitucional para determinar si su destitución será definitiva o no en relación con su fugaz declaración de la ley marcial en diciembre, según indicó su equipo de defensa legal.
La ley surcoreana requiere que Yoon esté presente en las vistas ordinarias del proceso abierto por el Constitucional sobre su destitución, aunque establece que si el presidente no acude a alguna de las fechas que se han fijado para las cinco sesiones ordinarias (14, 16, 21 y 23 de enero y 4 de febrero), la audiencia podrá moverse a una fecha diferente.
Si Yoon no apareciera una segunda vez, el tribunal tiene entonces potestad para seguir adelante con el procedimiento sin su presencia.
El presidente ha rechazado también cooperar con las autoridades en la investigación penal paralela que está llevando a cabo contra él el ente compuesto por la oficina anticorrupción, la Policía y el Ministerio de Defensa por un supuesto delito de insurrección ligado a su declaración de la ley marcial
Por ello, la oficina anticorrupción obtuvo la orden para arrestarlo temporalmente.
Los abogados de Yoon han pedido una anulación judicial para la orden, ya que argumentan que solo la Fiscalía, y no la oficina anticorrupción, puede solicitar un arresto por un supuesto delito de insurrección, el único al que no es inmune un presidente surcoreano.
En caso de que puedan arrestarlo, los investigadores disponen de 48 horas para interrogar a Yoon e incluso solicitar una orden para prolongar la detención si lo creen necesario.
Yoon, al que se ha prohibido salir del país, fue destituido por el Parlamento el 14 de diciembre y está a la espera de que el Tribunal Constitucional decida, de aquí a junio, si lo restituye o lo cesa definitivamente.