El <b>profesor Iván Cubillos</b> habló en los micrófonos de La W sobre las conversaciones que sostuvo con el narcotraficante Gilberto Rodríguez Orejuela y el apoyo que le brindó con la corrección de su libro <b>‘Gilberto, según Rodríguez Orejuela, memorias secretas del excapo del Cartel de Cali’.</b>Cubillos es licenciado en lingüística y literatura, antropólogo, tiene una maestría en investigación social interdisciplinaria y cuenta con un doctorado en procesos sociales y políticos en América Latina. Para iniciar, relató cómo llegó a Gilberto Rodríguez Orejuela, “nosotros llegamos porque éramos un grupo de estudiantes universitarios de universidad pública que nos bandeábamos como pudiéramos, una de las cosas que hacíamos era cuidar exámenes del ICFES.<b> Uno de los compañeros logró el enlace porque lo nombran en la cárcel La Modelo para cuidar los exámenes del Icfes y ahí empieza toda la historia”.</b>De acuerdo con el profesor, <b>conoció a Rodríguez Orejuela en 1997 y tuvo relación con él hasta su muerte. </b>“Cuando yo conozco a los hermanos Rodríguez Orejuela en el pabellón de alta seguridad de La Picota, la primera impresión que uno tiene es algo de susto, pero cuando uno habla con ellos, después de unos días, <b>me pregunté “estos viejitos cómo hicieron para meterse en tantos líos. </b>Don Gilberto es el que empieza a jalonar el proceso de educación para quienes no habían terminado bachillerato”, dijo.Añadiendo que Gilberto Rodríguez Orejuela siempre se destacó en el liderazgo académico, “siempre fue una frustración no haber terminado su bachillerato y lo termina al interior de la cárcel. <b>Era muy inquieto y como estudiante era acucioso, armó su espacio para él tomar sus clases</b> (…) él hizo sus propios horarios y estudiaba las materias que tenía que ver en la universidad. Era un hombre que tenía una gran frustración en ese sentido y tuvo el tiempo para lograr tratar de superar esa frustración de no haber estudiado más”.Por otra parte, detalló que después de ser extraditado la comunicación con el narcotraficante no era tan seguido, “comunicarse a una cárcel de Estados Unidos es muy complicado,<b> él continuó con el proceso, seguimos conversando, me hacía una que otra llamada, algunos correos, </b>pero el decide suspender por muchas razones la escritura del documento y años después empieza a enfermar. Me contacta hace 2 o 3 años, me llama y me dice que quería continuar con el proyecto, pero de otra manera”.Especificando que “<b>el libro en primer momento no era como lo narra él, era una historia que le contaba a su nieto en diferentes momentos,</b> pero después a él no le gustó y comenzamos el proceso de corrección que es el que yo hago en esta última parte”.“Logré hablar con él por teléfono antes de que enfermara gravemente, pero era entorno al libro. <b>Después llegó su muerte y el trabajo que se hizo con los hijos y con la editorial</b>”, resaltó.Escuche la entrevista completa a continuación: