Al Oído: Este Gobierno es un sancocho de corrupción, irresponsabilidad y oscuridad

Petro Sancocho

Tiene toda la razón el presidente Petro, nadie pudo haberlo dicho mejor, eso es su gobierno: un sancocho. Han querido revolverlo todo y entre más le revuelven más sube la candela en el fogón. Lo mejor de todo es que tienen distintos sancochos.

Arranquemos con el sancocho de la corrupción:

Bolsas de plata, Nicolasito, Clan Torres, Pitufos, Marlboros, chuzadas, vida paralela, maletas, nombramientos oscuros, chantajes y sótanos. Recibieron tanta plata en campaña que algunos robaron a los que donaron y ni se enteraron.

Pasemos al sancocho de la promesa y bandera del Gobierno del presidente Petro: “A los tres meses de ser presidente en Colombia se acaba el ELN porque se firma la paz, sino pues no sive”.

Sin ruta nace el sancocho ‘paz fallida’: mezcla de diálogos sin estructuras con el ELN, con las disidencias Estado Mayor Central (EMC) y la Segunda Marquetalia - más diálogos con paramilitares que solo terminaron en confrontaciones internas y fortalecimiento de grupos armado-.

Pasemos al sancocho fantasma: se despidió el ministro de Defensa, Iván Velásquez, no sin dejarnos un revuelto que costará años sacar de ese fuego alto.

El país en un retroceso de 20 años de violencia, reconoció la falta de coordinación en muchos momentos, las masacres se incrementaron, de acuerdo a Indepaz, en un 38%. Más de 55.000 desplazados en el Catatumbo, alerta en 5 departamentos del país, incremento de cultivos de Coca. El delito del secuestro constituye la acción violenta que más ha aumentado, con un incremento del 47%, según cifras de monitoreo en desapariciones de la JEP, el reclutamiento aumentó en un 20%.

Y un sancocho que da miedo, no por lo rico sino por lo preocupante: audios de Armando Benedetti, hoy jefe de Gabinete, amenazando a la canciller del país, Laura Sarabia, diciendo “si me hundo yo, nos hundimos todos. Se caen las torres gemelas”.

Un equipo de jardín en un vulgar consejo de ministros sacándose los ojos en vivo y directo y un escalofriante comunicado de un hombre muy cercano al presidente, el doctor Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección, diciéndole al país y dejándonos alertados diciendo entrelíneas que teme por su vida.

Un sancocho que me recuerda al coronel Dávila. Si el director de la UNP teme por su vida, ¿qué podemos esperar el resto?