Aumenta el contrabando de cigarrillos en Colombia fomentando el crimen, la inseguridad y corrupción

Colombia

El comercio ilegal de cigarrillos es un problema transnacional que impacta profundamente la economía y la sociedad. En Colombia, esta problemática ha ido en aumento durante la última década. Mientras que en 2016 el contrabando representaba el 13 % del mercado total, en 2024 alcanzó el 36 %, la cifra más alta registrada desde que INVAMER comenzó su medición en 2011.

Silvia Barrero, vicepresidente de Asuntos Externos para el Clúster Andino de Philip Morris International, advierte que: “las consecuencias del contrabando de cigarrillos son devastadoras: fomento al crimen organizado y financiación de prácticas delincuenciales como corrupción y narcotráfico; pérdidas billonarias para los departamentos en impuestos que deberían destinarse a salud y deporte, y finalmente, el fomento del mercado negro, en donde los contrabandistas, que hoy tienen el 36% del mercado de cigarrillos, no se preocupan si sus productos llegan a niños, niñas y adolescentes”.

De acuerdo con INVAMER, desde 2017 el país ha dejado de recibir aproximadamente 5,3 billones de pesos por concepto de impuestos debido al contrabando, cifra equivalente a la mitad del presupuesto de Medellín en 2024. Solo en el último año, las pérdidas fiscales superaron el billón de pesos. Entretanto, los contrabandistas han visto crecer sus ganancias exponencialmente, ya que el negocio puede alcanzar una rentabilidad del 700 %. Se estima que anualmente ingresan a Colombia unos 420 contenedores de cigarrillos ilegales, lo que representa ingresos ilícitos cercanos a los 250 millones de dólares al año.

El impacto del contrabando es mayor en las zonas rurales y en los sectores de menores ingresos, donde la diferencia de precios entre cigarrillos legales e ilegales sigue siendo un factor determinante. INVAMER señala que en los estratos 1 y 2, el 42 % del consumo proviene del comercio ilegal. “El precio es la razón principal por la cual los fumadores adultos prefieren el comercio ilegal. En promedio un cigarrillo ilegal es $6.569 más barato que uno legal. Por esto, un incremento desproporcionado de los impuestos al cigarrillo incrementa las brechas de precios, hace más atractiva la ilegalidad y, en consecuencia, acelera el contrabando”, explicó Barrero.

Combatir el comercio ilícito de cigarrillos requiere una acción conjunta entre el sector público y privado, con esquemas tributarios adecuados que prevengan desviaciones de mercado, así como medidas de control efectivas y operativos contundentes. De lo contrario, el país enfrentará mayores problemas de seguridad, menos recursos públicos y el debilitamiento de la industria formal.