Hablan descendientes de Francisco de Paula Santander sobre la batalla del Puente de Boyacá
En medio de la batalla de Boyacá, base de la independencia de Colombia se recuerda muy especialmente a Bolívar como alguien grandioso, pero el héroe Santander.
Elegante, intelectual y con carácter Cecilia Fernández de Pallini, camina por las calles de Tunja, ella es la tataranieta del general Francisco de Paula Santander, dice que no se siente mucho porque es ella misma, el general evoca orgullo.
“El gusto de tenerle un museo, haberle dedicado tantas horas a estudiarlo, difundirlo y hablar con los niños de Santander eso es importante”, cuenta la señora Fernández de Pallini.
Junto a ella camina Javier Ocampo, un octogenario muy elegante, caballeroso, también intelectual por algo es el presidente de la Academia de Historia de Boyacá, es contundente sobre el papel de Santander en la batalla del Puente a quien considera el héroe de la batalla de Boyacá, a él le correspondió luchar con mucho valor desde a casa de Teja hasta el Puente”.
Javier Ocampo va de gancho, con su esposa, Nely Sol de Ocampo, contemplando un monumento del negro Juan José Rondón, héroe en el Pantano de Vargas. El ilustre historiador dice que la batalla del Puente de Boyacá duró dos horas de dos a cuatro de la tarde.
“A las tres de la tarde están los dos Ejércitos en lucha en dos lugares especiales; uno en el puente de Boyacá y otro en la zona donde está actualmente el obelisco que es el camino que va para Samacá”, narra.
Hace frío en Tunja, es normal la tataranieta de Santander repite que “es un gusto haberle dedicado muchos ratos. Haber tenido la oportunidad dedicarle mucho esfuerzo y haber promovido la sociedad académica santanderista.
Diego Fonegra, es descendiente de quinta generación del general Santander, camina de gancho con la señora Fernández de Pallini, dice que ser descendiente no es nada fácil. “Tratar dentro de una sencillez con todo el mundo porque el hecho que sea uno descendiente del general Santander, eso nos da una responsabilidad muy grande”.
Fonegra de cabello nevado, vestido de frac y chaleco cachaco, describe que Santander, era un hombre muy bien plantado, culto, de 1.87 de estatura, mientras que el libertador medía 1.59, muy bien preparado, “un abanderado en la parte de los estudios y un excelente administrador público”.
Javier Ocampo, irrumpe con el dedo índice, y cuenta que las bajas de la batalla del Puente de Boyacá fueron menores que las del Pantano de Vargas. “13 muertos patriotas y 110 muertos realistas pero fue una batalla básica, porque la que tuvo más muertos fue la batalla del Pantano de Vargas que fueron más de 850 muertos”.
Cecilia Fernández de Pallini, tataranieta de Santander, cuenta lo difícil de la travesía, más de 77 días para llegar al Puente de Boyacá. “No estaban en avión, estaban a pie y otros a caballo. Era muy complicado y no tenían teléfonos como el que usted tiene”.
Para Fonegra, quinto en la línea de descendencia de Santander, más que caballos y monumentos el general está plasmado en la historia de Colombia. “A ver si aprendemos a reconocer la obra que hace el general Santander durante Paya, Pantano de Vargas y el Puente de Boyacá que fue el que se puso al frente o vanguardia del Ejército.