El Supremo de Texas autorizó ejecutar a un hombre que mató a su hija al sacudirla
Su condena se basó en un diagnóstico médico según el cual la hija de Roberson murió a causa del “síndrome del bebé sacudido”, pero que los abogados del condenado a muerte consideran erróneo.
El Tribunal Supremo de Texas (EE.UU.) autorizó este viernes 15 de noviembre que se aplique la pena capital contra un hombre que había sido condenado por provocar la muerte de su hija de dos años al sacudirla y cuya ejecución se había suspendido temporalmente a mediados de octubre.
Los legisladores de ambos partidos en la Cámara de Representantes de Texas, que creían que Robert Roberson merecía un nuevo juicio, habían detenido la ejecución al emitir una citación legislativa para que el acusado testificara ante un comité parlamentario, señaló el diario The New York Times (NYT).
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El Supremo texano, cuyos nueve magistrados son republicanos, determinó que esa citación superó sus competencias, que no incluyen la potestad de anular un proceso judicial, y dejó con ello abierta la puerta a que se convoque una nueva fecha para la aplicación de la pena.
Determinar un nuevo día puede tardar tres meses y en ese tiempo los legisladores podrán llamar de todas formas a Roberson a testificar, según el NYT.
Su condena se basó en un diagnóstico médico según el cual la hija de Roberson murió a causa del “síndrome del bebé sacudido”, pero que los abogados del condenado a muerte consideran erróneo.
Según la defensa del preso, cuando la pequeña fue trasladada de urgencia en estado de coma al hospital en febrero de 2002, el personal médico concluyó que la habían sacudido violentamente sin consultar su historial médico.
A raíz de ese error inicial, según denuncian, la Policía y los médicos no investigaron más a fondo y, como resultado, pasaron por alto síntomas críticos, como que la niña estaba enferma con fiebre de más de 40 grados poco antes de quedar inconsciente, tenía neumonía no diagnosticada y le habían administrado medicamentos que desde entonces se han considerado potencialmente mortales para los niños.