Hamás llama “racista” a la propuesta de Trump de expulsar a los gazatíes de la Franja
El mandatario estadounidense insinuó que Estados Unidos debería tomar el control de una Gaza de la que sus habitantes actuales sean expulsados a territorios cercanos.
El grupo islamista Hamás aseguró este miércoles, 5 de febrero, que no permitirá la propuesta “racista” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de desplazar a los gazatíes de la Franja de Gaza y “liquidar” la causa palestina.
“El pueblo (palestino), que se ha mantenido firme durante quince meses (de guerra) frente a la máquina militar más poderosa y el Ejército más criminal, y que frustró el intento de desplazarlo, seguirá apegado a su tierra y no aceptará ese plan sin importar el coste”, aseguró en un comunicado el portavoz de Hamás, Abdul Latif al Qanou.
“La posición racista estadounidense es coherente con la posición de la extrema derecha israelí de desplazar a nuestro pueblo y liquidar su causa”, continuó Qanou, quien hizo un llamado a la comunidad internacional para que rechacen las declaraciones de Trump y apoyen el derecho a la autodeterminación de los palestinos frente a la ocupación israelí.
El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó ayer que los palestinos no tienen más alternativa que irse de la Franja de Gaza porque el lugar es inhabitable, e insistió en que quiere que Jordania y Egipto acojan a los ciudadanos.
“Están ahí porque no tienen alternativa. ¿Qué tienen? Es un gran montón de escombros en este momento”, dijo desde el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Trump aseguró que en el enclave palestino “está todo demolido” y que los gazatíes “estarían encantados” de irse si se les diera la oportunidad de hacerlo en un lugar “bonito con bonitas fronteras”.
Por su parte, Sami Abu Zuhri, un alto dirigente de Hamás, tildó las declaraciones de Trump de ser “una receta para crear caos y tensión en la región”, y reiteró que los palestinos no permitirán que eso ocurra.
“(Lo que pedimos) es poner fin a la ocupación (israelí) y la agresión contra nuestro pueblo, no expulsarlo de su tierra”, sentenció Zuhri, sobre la exigencia palestina de un Estado.
Desde 1967, Israel ha construido alrededor de 160 asentamientos ilegales donde viven más de 700.000 judíos a lo largo de Cisjordania ocupada y Jerusalén Este. Además, reclama soberanía sobre la totalidad de Jerusalén, cuyo costado oriental capturó en la guerra de ese año, ocupó militarmente y se anexionó de forma unilateral en 1980.