Interpol arrestó a 365 personas implicadas en el tráfico de animales y plantas protegidas
La operación tuvo lugar durante noviembre de 2024 e involucró a agentes de policía, aduanas, control de fronteras y guardas forestales de 138 países y regiones del mundo.
Interpol identificó seis redes transnacionales de tráfico de animales y plantas de las que detuvo a un total de 365 personas involucradas e incautó cerca de 20.000 ejemplares vivos de especies protegidas o en peligro de extinción, informó este martes 4 de febrero en un comunicado.
La operación conjunta con la Organización Mundial de Aduanas (OMA), que recibió el nombre de ‘Thunder 2024’, tuvo lugar durante el pasado mes de noviembre e involucró a agentes de policía, aduanas, control de fronteras y guardas forestales de 138 países y regiones del mundo, un aumento respecto a la primera edición de 2017.
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Interpol, con sede en Lyon, asegura que la mayoría de los detenidos querían vender ilegalmente a estos animales, protegidos por la Convención de Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), para consumo alimentario, fines médicos, el mundo del lujo y coleccionistas de animales de competición o de compañía.
De las especies incautadas y derivadas a centros de conservación natural, los pájaros son los más numerosos, con 12.427 ejemplares, por delante de las tortugas (5.877), varios tipos de reptiles (1.731), 33 primates, 18 grandes felinos y 12 pangolines.
La operación supuso también la incautación de cientos de miles de partes y derivados animales, árboles, plantas, especies de la vida marina y artrópodos. Interpol destacó que en Perú fueron decomisadas 3.700 plantas protegidas -sin especificar cuáles- procedentes de la vecina Ecuador.
La identificación de tráfico ilegal de madera la lideraron Indonesia y Kenia, donde se embargaron 134 y 41 toneladas respectivamente, mientras las autoridades nigerianas interceptaron el tráfico de 4 kilos y medio de escamas de pangolín, cuyo uso medicinal y alimentario ha contribuido al peligro de extinción de la especie.
El tráfico de especies singulares y demandadas “impulsa la pérdida de biodiversidad, destruye comunidades, contribuye al cambio climático y sirve de combustible para el conflicto y la inestabilidad”, aseguró en la nota el secretario general de Interpol, el brasileño Valdecy Urquiza.